Toulouse y Albi recuerdan...

(No leas esta entrada, si no estás muy interesado en estos temas. Si la lees y te aburres o te enfadas, es tu responsabilidad)

Albi y Toulouse han dedicado una calle al que fue el último Secretario General del PSOE en el exilio 

Llopis, que había sido fundador de la FETE (Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza)  fue llamado por el Gobierno de la República para poner en práctica sus ideas, largamente expuestas desde años antes en revistas especializadas y fue nombrado Director General de Primera Enseñanza.

Sus ideas eran las de la Institución Libre de Enseñanza. Creía en el individuo como medio de transformar la sociedad y entendía que para ello era esencial la formación del propio maestro. Hizo un Plan Profesional de Magisterio, que reflejaba las ideas de su libro La Revolución en la Escuela. 

En el año 2012, se publicó una tesis doctoral por Adelina Sirvent Gárriga que detalla sus actividades no solo políticas sino como articulista, sindicalista y masón.
La idea de Llopis era “sembrar escuelas en todos los pueblos y aldeas españolas” y en buena parte la cumplió.
Rodolfo Llopis permaneció fiel a sus principios, lo que le valió ser elegido Secretario General del PSOE en el exilio durante unos treinta años, hasta que en 1974  fue relevado por la nueva generación de Felipe González en el Congreso de Suresnes.

Aunque esto sea ya otra historia, es legítimo preguntarse si la lucha por el poder de Suresnes justifica el olvido público de una experiencia educativa, tan llena de enseñanzas para nuestra sociedad y la marginación en el espacio político del exilio republicano.