"Anne Hidalgo, nieta e hija de republicanos exiliados que llegó a Lyon con dos años, se ha convertido en la primera mujer alcaldesa de París.Pero Ana no olvida sus orígenes. Los que la hacen regresar al sur de España, a Antequera (Málaga), el pueblo de donde su padre salió dos veces. Ambas con billete de vuelta. La primera, con su abuelo, un republicano español que huyó de la guerra. La segunda, por motivos económicos. El trabajo en los astilleros de Cádiz no daba para mucho. Además había conocido en su primer exilio el sistema educativo laico y republicano francés. Muy diferente del de las monjas que le colgaron el cartel de hijo de rojo. No quería lo mismo para sus hijas. Así que ellas se criaron en Lyon y después Anne se trasladó a París, la ciudad de donde siempre quiso ser y que ahora, desde hace más de una década, ha ayudado a transformar con su trabajo municipal". (El País)
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Blog de quienes, jubilados, tienen el júbilo suficiente para charlar sobre lo que les viene en gana.
domingo, 30 de marzo de 2014
¡¡Ana Hidalgo gana en París!!
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Espero intensamente que sea una excelente alcaldesa, comprometida con su pueblo, al que escuche, conozca y pueda responder a sus expectativas. Una exiliada tiene especial sensibilidad para sentir a los más débiles. Enhorabuena a los parisinos
ResponderEliminarEspero intensamente que sea una excelente alcaldesa, comprometida con su pueblo, al que escuche, conozca y pueda responder a sus expectativas. Una exiliada tiene especial sensibilidad para sentir a los más débiles. Enhorabuena a los parisinos
ResponderEliminarTe se ve el plumero, Ernestín: enhorabuena para los que la votaron, no?
Eliminar(más vale comentar 2 veces que abstenerse, ánimo).
Entre la gran abstención, la derrota de los socialistas (en gran parte bien merecida) y la subida del FN de Marine Le Pen (ganan en 8 ciudades..) la sonrisa de Ana Hidalgo es un alivio....
ResponderEliminar... y qué sonrisa ...madre mía ... madre mía ... madre mía ...!
EliminarNo veo la esperanza ni el final de túnel por ningún lado. Ni los votantes ni los abstencionistas dan pistas de por dónde se debe seguir. Una buena madeja a devanar.
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