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Aproveché la ausencia para darme un voltio por San Francisco. Sufrí bastantes alucinaciones sin tomar nada especial, nada rarito: la gente, el mar, el ambiente, el sol quizá. No se.
Bulevares, edificios, chavalas, chicos: todo me parecía de ... ORO! ¿Y el Golden Gate? Ah, no, ahí sí que de verdad, de verdad que era ORO todo lo que relucía!
Y alguien me regaló un lindo disfraz arlequín tejido con vivos colores otoñales del Aesculus parviflora. Propio para fiestas y celebraciones según creo.
¡ C O L O R ... L U Z ... O R O !
Que simpatico !!!
ResponderEliminarG Haahg