Demasiado tiempo sin hablar de África en este blog. Hablar, digo, porque hacer, es otro cantar. Personalmente ya dejé de contraponer ambos conceptos cuando llegué a la conclusión de que con frecuencia ambas acciones se funden: quien habla, hace.
No ahondaré en ello. Lo dejo para, se lo insinúo al profesor; se que le gustaría. Me limitaré a celebrar la reproducción de nuestro copista, como parece que gusta de llamarse el amigo colaborador. Se trata del continente vecino, cercano del que apenas sabemos aunque 1.200 millones de terrícolas (ya ves, Ernesto, cómo te copio) lo pueblan en condiciones muy duras.
Si hablamos de ello nos informamos, reflexionamos, conocemos como paso previo para amarlo. Si amamos ... actuamos. Seguro. Aún recuerdo este antiguo trinomio popular en nuestra época de formación: conocer, amar y seguir.
Demasiado tiempo sin hablar de África en este blog. Hablar, digo, porque hacer, es otro cantar. Personalmente ya dejé de contraponer ambos conceptos cuando llegué a la conclusión de que con frecuencia ambas acciones se funden: quien habla, hace.
ResponderEliminarNo ahondaré en ello. Lo dejo para, se lo insinúo al profesor; se que le gustaría. Me limitaré a celebrar la reproducción de nuestro copista, como parece que gusta de llamarse el amigo colaborador. Se trata del continente vecino, cercano del que apenas sabemos aunque 1.200 millones de terrícolas (ya ves, Ernesto, cómo te copio) lo pueblan en condiciones muy duras.
Si hablamos de ello nos informamos, reflexionamos, conocemos como paso previo para amarlo. Si amamos ... actuamos. Seguro. Aún recuerdo este antiguo trinomio popular en nuestra época de formación: conocer, amar y seguir.
Una forma de no reconocer el mal, es que no sea público. África sí interesa, pero no interesa que se sepa lo que ocurre en todo el continente.
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