Unos versos de Carmina Burana:
Tendero, dame maquillaje
para sonrosar mis mejillas;
así yo podré obligar a los chicos,
quieran o no, a amarme.
¡Miradme,
muchachos!
¡Permitidme que os agrade!
¡Amad, hombres virtuosos,
a las adorables mujeres!
El amor enaltece vuestro espíritu
y hace que vuestro honor resplandezca.
¡Miradme,
muchachos!
¡Permitidme que os agrade!
A ti, mundo, te saludo, ya que eres
tan rico en alegrías.
Yo estaré a tu servicio
por los placeres que siempre garantizas.
¡Miradme,
muchachos!
¡Permitidme que os agrade!
Grandísima obra la de Karl Orf. Qué bien haces en refrescarnos con sus estrofas que resultan un canto a la vida, muy pertinente en estas calderas de Pedro Gotero en las que hemos entrado ya estos días.
ResponderEliminarCuriosamente, tengo entendido, que este manuscrito fue hallado entre los restos de una biblioteca conventual o monástica mas bien.
ResponderEliminarPues a refrescarse tocan!