Nadie se baña dos veces en el mismo río. Tal es el devenir
de la Historia. A muchos les parece que la verdad no tiene historia, pero están
equivocados.
Durante siglos hemos creído que la verdad está fundada en la
Verdad: y que las verdades particulares cambian porque son fruto de la
experiencia y de las cosas materiales; pero tales verdades están basadas en las
Leyes que ni más ni menos son fruto de la Verdad; y ahí sí que no hay historias
ni Historia que valga.
De esta forma la Religión, basada de primera mano en la
Verdad, (aunque cada religión tuviera su propia versión de la Verdad), estaba
en el fundamento de todo.
Cuando los vínculos de la Religión y la Verdad, de la mano
de la Razón Moderna, empezaron a debilitarse, fue posible que filósofos como Marx,
pensaron que “la Religión es el opio del pueblo”.
Pero no contaron con la Poshistoria; ni con la Posverdad.
En cierto pueblo costero era tradicional, el 16 de Julio, la
procesión por la mañana de la Virgen del Carmen. Salía en procesión con la
presencia de todo el pueblo; llegaba al puerto pesquero donde los barcos y
barcas bailaban alrededor de una barca engalanada y acompañaban a la Virgen por
un paseo marítimo, con gran fiesta popular.
Pero eso era cuando la religión era opio. Ahora, en el
tiempo de la poshistoria y la posverdad, ya no es así. Ahora la religión se
está convirtiendo en “la hierba del
pueblo”. Un ejemplo:
https://youtu.be/ZtGHAsyVXEo
https://youtu.be/ZtGHAsyVXEo
Por eso hay dos procesiones. Una mañanera, para los del
pueblo de verdad, creyentes de droga dura, que termina temprano, antes de que
caliente demasiado el sol y, sobre todo, no interrumpa el ir y venir de los
turistas y veraneantes que tienen que comprar el periódico y el pan para irse a
la playa.
Por la tarde, más bien al atardecer, una segunda es la “auténtica
procesión”; la que se anuncia en los folletos. Con toda la banda municipal al
pleno; los turistas y veraneantes han vuelto ya de la playa o asisten en
bañador y, presencian cual droga blanda, el espectáculo. No es necesario salir
a mar abierto; basta con un paseíto por el puerto y el espectáculo de saltar de
la barca y colgar una corona de flores en la punta del espigón donde una
pequeña imagen protege a los pescadores de las desgracias del mar, es más que suficiente.
Droga blanda, “hierba para el pueblo”.
Ahora en la Poshistoria la droga dura es: "TODO POR LA PASTA"
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