sábado, 28 de septiembre de 2013

24 de septiembre de 2013, día memorable...

...para quienes pudimos y quisimos acudir a la invitación de Ricardo; ya sé que el 24 de septiembre, en la historia es una fecha cogida con anterioridad a nuestro acontecimiento, pero para quienes departimos y compartimos, y hasta que se vaya alejando en el tiempo y en la memoria, fue un día espléndido. ¿Quiénes asistimos? Pues, digo... los que estuvimos nos reconocemos como asistentes y requetegozantes del día; aquellos que estén interesados en conocer el nombre de los nueve asistentes, adelantando todas las disculpas existentes para el caso, deberán esperar a que se publico en JubJub el reportaje gráfico que está cocinándose.

Las fotos, la música que se elija para acompañarlas, el orden de las fotos, los gestos de los fotografiados, sus posiciones sedentes o erguidas, sus ropas y gorras, los distintos y variados escenarios en los que fuimos fotografiados y gratificados, los colores, la hora del día sugerida por las luces y sombras de cada foto, los encuadres, y todos esos miles de detalles que las fotografías sí son capaces de trasmitir, y que por su silencio permiten interpretaciones innumerables, a unos nos recordarán, y podremos revivir aquellos momentos que ya se fueron tragados por el paso del tiempo, y a quienes no pudieron disfrutarlos tendrán nuestra venia para imaginárselos. ¡Ah! la imaginación; a través de ella unos y otros nos podremos encontrar en unos hechos irrepetibles para que pueden ser revividos gracias a la memoria de unos y a la imaginación de los otros. ¿Será que siempre que imaginamos hechos lo hacemos gracias a la memoria?

Nos lo pasamos espléndidamente. Si se nos hubiesen aparecido Epicuro y Lucrecio... no tengo duda de que se habrían sentado con sus túnicas, sin ser conscientes del salto temporal, y se habrían incorporado a degustar el pan, el queso y el vino, y, además, nos habrían ayudado, con su experiencia, a degustar el placer de saberse mayores, sí, pero con muchas ilusiones no marchitas todavía; la amargura por los fracasos que todos acarreamos día a día no ha podido con la ilusión, por las ganas de vivir con otras y con otros.La más importante de las ilusiones, vivida y tocada día a día,  para ellos dos y para nosotros nueve: vivir el placer de compartir comida y conversación con unos amigos, en muchos casos, reencontrados después de algunos decenios, y en algún caso concreto amistades nacidas en nuestra provecta edad. 

Como ya consta en JubJub el trofeo concedido a Ricardo, no resta más que, otra vez, darle las gracias por darnos entrada en su Jardín.

(Nota sobre el 24 de septiembre en la historia: http://es.wikipedia.org/wiki/24_de_septiembre)

1 comentario:

  1. En la historia de los 24 de septiembre, quedará para la posteridad la gloriosa efemérides alcarreña que con tan justa elocuencia describes. Quizá te quedaste -por prudencia, que te conozco- un pelín corto.

    De cuánta gente ilustre nos ilustra la Wikipedia. Y la onomástica (hubiera sido) de la espléndida mujer cuya mirada, cuya sonrisa presentida y recordada volaba junto a mí en el avión que me dejó en el aeropuerto de Maya-Maya en Brazzaville, República del Congo.

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