Más que interesante. Sirve para plantearse muchas preguntas, ¿no? Por ejemplo:
* ¿Por qué aguantó 40 años Franco y sus franquistas? * ¿Por qué se dejó en manos de franquistas la transición a la democracia? * ¿Por qué no ha sido posible la reconciliación a través de la verdad? * ¿Por qué no saltamos de la silla cuando manifestar símbolos nazis se consideran "chiquilladas? * ¿Por qué, y para qué, la transición mantuvo en sus puestos a la policía, a los jueces, etc.? * ¿Por qué Fraga pudo decir que la calle era suya?
Mañana se me ocurrirán muchas más preguntas. Para eso sirve la historia; para demandar respuestas a las preguntas que se plantean. ¿Alguien se anima a plantear más preguntas?
También yo me hago esas y algunas otras preguntas. A veces, me resulta sorprendente que determinadas realidades de nuestra historia, la reciente y la menos reciente, susciten tan pocas preguntas y se conformen con respuestas tan simples. Quizá esta forma de no aceptar la realidad, nos haga vivir en una especie de "esquizofrenia colectiva" o en un "esperpento" permanente, como diría Don Ramón. Da la impresión que no podemos salir del "callejón del gato" y sus espejos cóncavos y convexos deforman cualquier realidad hasta lo grotesco.
Más que interesante. Sirve para plantearse muchas preguntas, ¿no? Por ejemplo:
ResponderEliminar* ¿Por qué aguantó 40 años Franco y sus franquistas?
* ¿Por qué se dejó en manos de franquistas la transición a la democracia?
* ¿Por qué no ha sido posible la reconciliación a través de la verdad?
* ¿Por qué no saltamos de la silla cuando manifestar símbolos nazis se consideran "chiquilladas?
* ¿Por qué, y para qué, la transición mantuvo en sus puestos a la policía, a los jueces, etc.?
* ¿Por qué Fraga pudo decir que la calle era suya?
Mañana se me ocurrirán muchas más preguntas. Para eso sirve la historia; para demandar respuestas a las preguntas que se plantean. ¿Alguien se anima a plantear más preguntas?
También yo me hago esas y algunas otras preguntas.
ResponderEliminarA veces, me resulta sorprendente que determinadas realidades de nuestra historia, la reciente y la menos reciente, susciten tan pocas preguntas y se conformen con respuestas tan simples.
Quizá esta forma de no aceptar la realidad, nos haga vivir en una especie de "esquizofrenia colectiva" o en un "esperpento" permanente, como diría Don Ramón.
Da la impresión que no podemos salir del "callejón del gato" y sus espejos cóncavos y convexos deforman cualquier realidad hasta lo grotesco.