NUEVAS PREGUNTAS DEL CATECISMO INCORDIANTE

ALGUNAS PREGUNTAS DEL CATECISMO INCORDIANTE,
CAPÍTULO II

Dado el interés suscitado por las preguntas del catecismo incordiante publicadas recientemente en este blog polifacético y multiforme, una nueva comida con mi amigo Pedro me suscita nuevas cuestiones que constituyen este segundo capítulo con la esperanza de una próxima comida con mi amigo y nuevas ampliaciones de cuestiones tan fundamentales como las que en ellas se trata.

LA DESAPARICIÓN DEL BUEY Y LA MULA DEL PORTAL DE BELÉN ¿ES INOCENTE?

Las consecuencias del fracaso del Vaticano II van ampliándose con el tiempo en el que los bancos y los financieros van triunfando en el dominio del mundo y por tanto obligan al Vaticano a ir "aggiornando" la religión católica a los nuevos tiempos, a la espera de un Vaticano III. Es por eso que,  ¿¡cómo vamos a poder aceptar el buey y la mula calentando al niño Jesús en el Portal de Belén y de "gorra"!? Tampoco sería un buen ejemplo que se fueran sin pagar.

Teniendo en cuenta que:

- El local, así como el buey y la mula tendrían un dueño; por lo tanto tiene que producirse una renta como beneficio al dueño de esas propiedades: el local y el calor producido por el buey y la mula. Sería un mal ejemplo para los banqueros que la Sagrada Familia, después de utilizar sus bienes, se fueran de rositas.

Habría entonces que preguntarse:

- ¿Quién era el dueño del portal?
Cabe la posibilidad de que fuera una covacha de los pastores que no tuviera dueño reconocido. Y en ese caso no tendrían que pagar alquiler, porque en otro caso la Virgen y San José y, por tanto, también el niño, serían unos okupas que se han metido en un establo por la cara. Un pésimo antecedente para los comienzos de una religión que tiene que acoger a los banqueros para la salvación de sus almas.
 Pero...
- ¿De quién eran ese buey y esa mula? Porque eso sí que no cabe que no tuvieran dueño. Y...

- ¿Qué debería hacer ese dueño al día siguiente? Pues preguntar:
- ¿Qué hacen ustedes aquí?
- Pasar la noche y calentarnos pues es invierno y hace frío.
- ¿Es su hijo este niño?
- Bueno sí es mío. Respondería María, pues es evidente que no podría mentir.
- ¿Y usted es el padre?  Le preguntaría a San José. (Ha de notarse el grave problema que se le plantea ahora a S. José tener que dar cuenta de su situación).
- Bueno verá exactamente.. padre lo que se dice padre.. no; solo putativo. (Es de imaginar que al propietario empieza a no hacerle gracia la situación que se le empieza a poner un poco oscuro el tema)
- ¿Pero están casados?
- No, solamente desposados. (Imaginemos el escándalo que esto produciría al pobre propietario que ya empezaría a "mosquearse"). La Virgen se vería obligada a tener que dar una explicación.
- Perdone usted; no piense mal. Es que yo soy Virgen. (Teniendo en cuenta que hablando no se puede distinguir si la V es mayúscula o minúscula, y que no tienen papel donde escribir para ver la diferencia que pudiera explicar que la Virgen es Virgen pero Madre.... podemos imaginar el problema que se le plantea a este pobre propietario ante las explicaciones que tendrían que darle).

En definitiva: Si desaparecen el buey y la mula desaparecen unos cuantos misterios que habría que aclarar.

Y eso es fundamental en unos días en que los historiadores se han vueltos tan "tiquis miquis" que ya ponen en cuestión hasta la biografía de Franco avalada por la Real Academia de la Historia....

No es posible dar pie a que la Iglesia promueva el movimiento okupa y el no pago de las rentas por el uso de los bienes ajenos; que los bancos ya tienen bastantes problemas últimamente, sobre todo en esta Europa donde, como nos descuidemos, no va creer, a este paso, ni dios.