La crisis que vivimos no es solo económica, es una crisis de
civilización. Un presidente de la República debe ser capaz de indicar las
directrices de esa salvación pública, para que Francia recupere su papel de
precursora. Solo se puede restablecer la confianza y la esperanza indicando claramente
una vía nueva: no únicamente la promesa de salir de la crisis, sino también la
promesa de cambiar la lógica dominante. A través de la confluencia de reformas
múltiples, hay que poner a Francia de
nuevo en movimiento, confiando en las capacidades creativas de sus ciudadanos.
Edgard Morin. Diálogos sobre la política, la izquierda y la crisis.
"Que los países que puedan ayudar, que ayuden ...!", RAJOY, Santiago de Chile, 27/01/2013. ¿Sabéis cómo le llamo yo a eso? El pedito de Rajoy ... puaffff!
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